martes, 7 de julio de 2009

Programa 19: Segunda Guerra Mundial (II)

La batalla de Stalingrado es considerada por los historiadores como un punto de inflexión en la guerra. Es la primera derrota nazi y el quiebre de la confianza ciega de los mandos militares hacia Hitler.


La contraofensiva soviética se encuentra a sólo quinientos kilómetros de Berlín a comienzos de 1945. Stalin ordena a los generales del frente un rápido avance para alcanzar la capital del Tercer Reich antes que las fuerzas anglo-norteamericanas que avanzan desde el Oeste. El Ejército Rojo rodea la ciudad y avanza hacia el Parlamento alemán.



La bandera soviética flamea en lo alto del Reichstag el 2 de mayo de 1945. De fondo, los edificios muestran sus esqueletos. Es el final.




Sugerencias bibliográficas:

  • Berlín. La caída. 1945, de Antony Beevor.
  • La dictadura nazi, de Ian Kershaw.

Sugerencias cinematográficas:

  • Stalingrado (1993) Dir. Joseph Vilsmaier
  • La conspiración (2001) Dir. Frank Pierson
  • El pianista (2002) Dir. Roman Polanski
  • Noche y niebla (1955) Dir. Alain Resnais
  • Alemania año 0 (1948) Dir. Roberto Rosellini
  • Lluvia negra (1989) Dir. Shohei Imamura


El espacio musical, esta vez, fue ocupado por un disco. Un gran disco. Es el nuevo trabajo de Allen Toussaint, The Bright Mississippi.

Aquí las cuatro canciones que disfrutamos. Pero desde aquí sugerimos un escucha completa del disco que, seguramente, estará entre lo más destacado de 2009:





Y aquí, el audio completo del programa y el link para descargarlo:



http://www.divshare.com/download/7855476-7fd

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ciertamente los no estudiosos sabemos algo del nacismo por el holocausto. Pero el impacto de esas imágenes tristes y morbosas nos hace perder de vista lo que muy bien expresó Santos. Esto estuvo MUY BIEN PENSADO. No entenderlo es ver solo el árbol. Entenderlo significa que, entre muchas otras cosas, no habrá más holocaustos ni totalitarismos

Damián dijo...

Tu aporte invita a pensar también sobre la eficiencia. Muchas veces esta palabra aparece en el mundo político como un valor positivo per se. El aparato nazi de eliminación de población judía fue cruelmente eficaz, no corrupto, preciso. La eficiencia bien puede ser funcional a fines macabros. Gracias por tus palabras.